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SIN LACTOSA
Croquetas de espinacas con queso sin lactosa
Otra semana que comienza, esta vez con unas croquetas de espinacas que son mi propuesta para Memòries d'una Cuinera, que este mes nos pedía elaborar "Tapes".
Y qué mejor tapa para acompañar una cervecita que unas ricas croquetas.
Ingredientes
1/2 cebolla
1 bolsa de espinacas cortadas
2 vasos de leche sin lactosa
55 g de margarina sin lactosa
55 g de harina (sin glúten para celíacos)
100 g de queso rallado o en tacos sin lactosa
sal, pimienta, nuez moscada
aceite de oliva para freir
1/2 cebolla
1 bolsa de espinacas cortadas
2 vasos de leche sin lactosa
55 g de margarina sin lactosa
55 g de harina (sin glúten para celíacos)
100 g de queso rallado o en tacos sin lactosa
sal, pimienta, nuez moscada
aceite de oliva para freir
Cómo hacer croquetas de espinacas con queso sin lactosa
Cortamos la cebolla pequeñita y la sofreímos en aceite de oliva.
Cuando esté bandita, añadimos las espinacas, tapamos y dejamos cocer a fuego medio.
En una cazo derretimos la margarina, añadimos la harina y damos una vueltas para que se tueste y pierda el sabor a crudo.
Apartamos del fuego, vertemos la leche y removemos con unas varillas hasta que se integre bien y desaparezcan los grumos.
Volvemos a poner al fuego y, sin dejar de remover, esperamos a que espese.
Ponemos el queso y dejamos que se derrita.
Incorporamos el sofrito de cebolla y espinacas a la bechamel, sal pimienta y nuez moscada.
Pasamos esta preparación a una bandeja y dejamos entibiar.
En este momento ya podemos guardar en la nevera para que enfríe del todo.
A mí me gusta esperar unas horas para que la masa coja la consistencia adecuada para poder manejarla.
Cuando vayamos a formar las croquetas nos vendrá muy bien un truco que me enseñó mi madre, nos untamos las manos con unas gotas de aceite de oliva y así no se nos pega la masa.
Vamos formando bolitas o les damos forma alargada, como más nos gusten.
Las pasamos por huevo y pan rallado.
En una sartén, ponemos abundante aceite de oliva y, cuando esté caliente, freímos las croquetas que luego pasamos a un plato con papel absorbente para quitarles el exceso de aceite.
Cortamos la cebolla pequeñita y la sofreímos en aceite de oliva.
Cuando esté bandita, añadimos las espinacas, tapamos y dejamos cocer a fuego medio.
En una cazo derretimos la margarina, añadimos la harina y damos una vueltas para que se tueste y pierda el sabor a crudo.
Apartamos del fuego, vertemos la leche y removemos con unas varillas hasta que se integre bien y desaparezcan los grumos.
Volvemos a poner al fuego y, sin dejar de remover, esperamos a que espese.
Ponemos el queso y dejamos que se derrita.
Incorporamos el sofrito de cebolla y espinacas a la bechamel, sal pimienta y nuez moscada.
Pasamos esta preparación a una bandeja y dejamos entibiar.
En este momento ya podemos guardar en la nevera para que enfríe del todo.
A mí me gusta esperar unas horas para que la masa coja la consistencia adecuada para poder manejarla.
Cuando vayamos a formar las croquetas nos vendrá muy bien un truco que me enseñó mi madre, nos untamos las manos con unas gotas de aceite de oliva y así no se nos pega la masa.
Vamos formando bolitas o les damos forma alargada, como más nos gusten.
Las pasamos por huevo y pan rallado.
En una sartén, ponemos abundante aceite de oliva y, cuando esté caliente, freímos las croquetas que luego pasamos a un plato con papel absorbente para quitarles el exceso de aceite.
Estas croquetas tienen un sabor muy suave, si queremos aumentar su sabor, podemos cambiar el tipo de queso y utilizar uno más curado o incluso un queso azul, Gorgonzola o Roquefort.
Los intolerantes a la lactosa tendremos que conformarnos con los que existen en el mercado, que afortunadamente cada vez son más.
Este mes me ha gustado mucho el título del precioso relato que acompaña el post: "A beure i a menjar, mesura has de posar", o sea, "Al beber y comer, mesura has de poner".
Así que, ya sabéis, de estas croquetas, sólo una tapa.
Rosa.
Pues sí, si nos vamos de tapeo no pueden faltar unas croquetitas y estas de espinacas y queso me parecen toda una delicia así que ya te voy a estar pillando un par para el almuerzo jajaja
ResponderEliminarbesazos
buenos dias!! me encantarian, espinacas y queso nunca falta en casa, esos bocaditos de croqueta estna para coger y ni parar, delicia!
ResponderEliminarbesines
Estupendas croquetas que nos has preparado en esta ocasión!!! A estas horas de la mañana me tienes con la boca hecha agua!!!
ResponderEliminarUn besito,
Sandra von Cake
Menuda propuesta de tapa ¡me apunto!
ResponderEliminar¿A qué hora dices que se toma el aperitivo?
B7ssss y buena semana
Que ricas!!!! besotes
ResponderEliminarLo de la margarina sin lactosa lo acabo de descubrir ahora! NO sabía que existía y me viene muy bien porque mi padre es algo intolerante, no a lo bruto pero no le conviene tomarla.
ResponderEliminarQue croquetitas más deliciosas, me llevo unas para el aperitivo.
ResponderEliminarBesos
Ya me estás enviando aunque sea un par. Me gusta mucho la espinaca y en croquetas todavía no la he usado. Estás que no paras. Besos
ResponderEliminarVan para alla unas croquetillas Marisa, gracias por tu visita. Un beso.
EliminarQue ricas se ven! Me encantan las espinacas, tendré que probar esta receta. Besotes! Gaby de Las Cosas Ricas de Gaby
ResponderEliminarRiquísimas, las espinacas me fascinan y ésta receta es genial!
ResponderEliminarUn beso grande y feliz inicio de semana
Gracias Esmeralda, espero que las pruebes y me cuentas. Bss.
EliminarYo quiero una! Que buena pinta, me encantan estas croquetitas... Un beso guapa.
ResponderEliminarhttp://lesreceptesquemagraden.blogspot.com.es/
Hola Rosa, lo que más me gusta de estas croquetas es el colorcito verde!! me parecen tan bonitas y apetecibles, sin duda una buena receta.. Un saludo
ResponderEliminarQué pinta tienen esas croquetas, sobre todo la que has puesto que se ve el interior, me ha dado un subidón tremendo. Acabo de cenar espinacas rehogadas con ajito simplemente y luego le he echado un huevo para hacer un revuelto rápido. Pero viendo ahora tus croquetas me ha dado una envidia grande, qué pena no haberlas visto antes. No importa otra noche las hago.
ResponderEliminarUn beso
Pues claro Mari, otro día las pruebas y verás qué ricas. Bss.
Eliminar¡Me encantan las croquetas de espinacas! Es que es una verdura que me gusta muchísimo, así que estas croquetas en mi cocina son habituales. ¡¡Una receta de lujo!!
ResponderEliminarUn abrazo
Cristina
Uff, no sé yo si podría poner mesura con estas croquetas. En casa nos encanta la espinaca, sobre todo a mi marido. Cuando preparo croquetas de espinaca es capaz de comerse una docena y eso que no les pongo queso... Las voy a probar así.
ResponderEliminarUn besete Rosa!
Susana [Muchomasquecupcakes]
Qué pinta más buena Rosa, espinacas y queso casan tan bien!!
ResponderEliminarY no, no tenemos naaaaada de mesura a la hora de comerlas, jajaja...
Besitos.
De que sirve todo eso sin lactosa si le pone leche????
ResponderEliminarHola Anónimo, he estado revisando los ingredientes y se me olvidó especificar que era leche sin lactosa, un despiste por mi parte. Gracias.
EliminarFíjate que no soy amante de las espinacas pero en croquetas me encantan...
ResponderEliminarMe parece tu propuesta sensacional.
Besazos.
Boníssimes! Les d'espinacs són de les meves preferides, i més si porten formatge i si són aptes per a intolterants a la lactosa. Un deu.
ResponderEliminarRosa me pasa como Alicia no me gusta mucho las espinacas pero creo que asi me las comería sin rechistar.
ResponderEliminarMe ha encantado la receta
Besinos
El Toque de Belen
Hola guapísima!! nos conocimos en el colaborativo de cocas y cuando visite tu blog me encanto!!! y esta receta me la quedo para hacerla yo, ya que tiene que estar buenísima, me quedo como seguidora tuya para ver que se cuece por tu cocina, saludos desde recetasdulcesweet.
ResponderEliminarHola Anna, que bien que estés por aquí. Un beso.
EliminarQué croquetas más ricas. Me apunto la receta porque quiero hacer croquetas de espinacas para la peque.
ResponderEliminarbesos
como me gustaría tener estas croquetas para cenar Rosa!!! Muchas gracias por participar en Memòries d'una cuinera. Besos
ResponderEliminarJajajaj, yo se las hacía de pequeña a mi hija ( ella no es intolerante, eso si) y le decía que eran las croquetas de Popeye y que si comía muchas tendría de mayor los ojos verdes, que yo los tenía verdes porque de pequeña comía mucha verdura...la de croquetas de Popeye que comió!!! y ahora me dice... cómo me engañabas, que los ojos no me cambiaron de color y qué poco me gustaban...ahora hasta las come crudas en ensalada!!! qué cosas... Un abrazo y yo me apunto a croquetear, que se ven de lo más!!!
ResponderEliminarVaya tela Sonsoles, como eres jajaja pobre niña, menudo chasco se habra llevado de mayor.
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